Trufa de verano
La trufa de verano (o Tuber Aestivum) es una joya gastronómica menos conocida y popular que la trufa de invierno (también conocida como trufa negra o Tuber Melanosporum). Crece junto a las raíces de los bosques mediterráneos que se encuentran entre los 200 y los 1.000 metros sobre el nivel del mar, sin requerir suelos tan exigentes como la de invierno en cuanto a humedad y composición de la tierra.
La recolección de la trufa de verano se produce entre los meses de mayo y septiembre, ofreciendo un fruto de delicado sabor y aroma.
Diferencias entre la trufa de verano y la de invierno
Oscura por fuera y corteza piramidal pronunciada, su principal diferencia a nivel de imagen con respecto a la trufa negra, se halla en el interior, de color crema y tonos avellana.
La recolección de la trufa de verano se produce entre los meses de mayo y septiembre, aunque los hongos más apreciados son los que se encuentran durante los meses de julio y agosto, que es cuando ha alcanzado su punto óptimo de maduración y desprende todas sus peculiaridades. Aún así, a partir de finales de junio ya se puede disfrutar de trufas de auténtica calidad. Debemos recordar que, como su nombre indica, la trufa de invierno se puede hallar fresca normalmente entre los meses de noviembre a marzo.
Un buen truficultor siempre sabe diferenciar los dos tipos de trufa con un vistazo. Por el exterior, la piel de la trufa de verano tiene forma piramidal si la comparamos con la negra, que es más redondeada.
La trufa de verano es un producto gourmet excepcional y económicamente más asequible que la negra. Esto es porque es más fácil de cultivar y producir que la trufa negra. Es evidente que se trata de un producto exclusivo y de alto nivel, aunque si lo comparamos con las dos trufas “reinas” (la trufa negra y la trufa blanca), estaría un peldaño por debajo en cuanto exclusividad y propiedades.
Propiedades de la trufa de verano
La trufa de verano posee un sabor menos intenso que la de invierno. Nos puede parecer interesante utilizar la trufa de verano cuando no queremos que el aroma de la trufa sea tan protagonista en nuestros platos, sino más bien un excelente alimento secundario, un acompañante único e incomparable.
La trufa de verano en la cocina
La trufa de verano ofrece un amplio abanico de posibilidades culinarias. Es la combinación perfecta en carnes, pescados y pastas, así como en productos de temporada y ensaladas. En resumen, su uso se asemeja mucho al de la trufa negra, con un resultado menos explosivo. También la podemos acompañar con un huevo frito, para darle un toque especial al cocinar arroces o incluso en platos tan cotidianos como unos garbanzos.
Conservar trufa de verano
Respecto a su conservación, al igual que ocurre con la trufa del Perigord (trufa negra) o la trufa blanca de Alba, la Tuber Aestivum debe envolverse en film transparente para que no pierda su aroma. Su duración en fresco es mayor y puede mantenerse en buen estado más de un mes.
Recuerda que, en una temporada normal, podrás comprar Trufa Verano fresca en Laumont desde mayo a septiembre.